miércoles, 12 de octubre de 2022

¿Cómo interpretar?

Lo que quieres decir, el canal que utilizas, el tono, los signos o gestos que muestras, el lugar en que lo transmites, el momento en que lo emites, la relación con el receptor, lo que ve, lo que oye, lo que interpreta, lo que siente... Hay tantas maneras de interpretar un mensaje... la clave está en la importancia que le demos a su emisión y la que le de quien lo recibe, pues toda relación (amistosa, amorosa, familiar...) se forma a través de numerosos intercambios de mensajes y su manera de interpretarlos.

Hace ya meses (vacunando en el CC Miguel Delibes), preparaba la dosis a inyectar a cada paciente. Calculaba la cantidad de SFF (suero fisiológico) a introducir en el vial, realizaba los giros necesarios en su mezcla, sacaba lo correspondiente y lo colocaba en la mesa a la espera. Dicho el contexto, iré a lo principal.

Entre tantas personas que acudieron aquel día mi compañera permitió el paso a una jóven quien, después de sentarse, justo cuando me giré con la aguja en mano (en la derecha, con confianza), me miró con ternura y dijo "¿te acuerdas de mí?". Me paralicé unos segundos, intenté recopilar las caras de compañeras y amigas del pasado, de quienes me dejaron huella o con quienes, aunque hablásemos unos segundos, le dieron importancia a nuestro encuentro. Tristemente no pude reconocerla. Así se lo transmití expresándome con humildad y, poco después, nada más administrarle la vacuna dejó el asiento libre y se fué a las sillas de descanso.

No se me fue de la cabeza en todo el día. La única opción que, analizando, le daba sentido, fue una frase que años antes me dijo mi madre, "trabajando, una compañera me confesó que su hija, un año más pequeña que tú, te admira mucho en el colegio y le gustas, pero no puede decirme su nombre, es muy tímida".

Otros ejemplos de comunicación, de analizar la importancia que le damos a lo que decimos para lograr un objetivo fueron varios encuentros surgidos utilizando algunas de las aplicaciones creadas, en teoría, para hablar con gente que te interesara conocer.

El primero sucedió durante a finales del verano de 2020. El interés era mútuo, pues viendo sus fotos me fijé en su mirada y sonrisa (también tenía varias sin mucha madurez, pero preferí ignorarlas), y ella fue recíproca. Hablamos durante varios días, me agradeció que le respondiera a sus largos párrafos ya que "eres el primero que mantiene el 'match' y me responde cuando me libero", y me propuso quedar para empezar lo verdaderamente importante, hablar en persona.

Aquel día fue entretenido, y al acabar de vernos me insinuó sus ganas de ver maratones de películas juntos, aclarando que sería el principio de una amistad con futuro impredecible. Pues bien, pasados unos días dejó de hablarme. No me bloqueó ni me dijo ninguna excusa, por lo que interpreté que había vuelto a la ciudad en la que estudiaba sin darle importancia a nuestro encuentro.

El segundo ocurrió a principios de febrero (2021), conociéndonos a través de Facebook. En teoría coincidíamos en intereses, en profesión y en atracción, pero el día en que nos vimos descubrí que su "frikismo" ya no existía, su "cristianismo" lo puso en su perfil por indicar alguna creencia, su afición principal eran las fiestas y el alcohol, le atraía el cine de terror y no buscaba algo serio, sino más bien una amistad que incluyera sexo, así como el odio por su trabajo (enfermera).

Con el tiempo le comenté que no sentía confianza, ella insistía en volver a vernos (lo cual rechazaba) y llegó a considerarme "falso amigo que sólo hablaba cuando se aburría", a lo cual le volví a explicar mi sensación, ella se disculpó por lo dicho insistiendo en quedar y, finalmente, despidiéndome, cerré el chat.


La tercera y última surgió dos meses después. Leyendo su perfil en Tinder me atrajo su interés por las películas "Marvel", ví que incluía su cuenta de instagram y quise probar enviándola (sin hacer "match") un simple mensaje en referencia al personaje interpretado en dicha saga por Robert Downey Jr (Iron Man). Ella respondió con alegría y comenzamos a charlar por la RRSS.

Estuvimos un mes charlando, conociendo sus intereses, la manera vulgar que tenía de ver la vida, nuestra elección entre "puro sexo" y "relación estable" llegando a vernos de manera on-line (diferente ciudad) e incluso a lanzarme propuestas sexuales; ella se conectaba a las 23h y yo accedía. Decidimos vernos en persona, ofreciéndome viajar a Salamanca para evitarla el estrés de organizar sus estudios (psiconeurología). Entonces el cielo empezó a teñirse de gris. Apenas me hablaba poniendo la excusa "estudio mucho estos días para poder dedicarte el tiempo cuando nos veamos".

Llegó el día, le avisé de la hora en que llegaría y me aseguró que sería puntual. 30 minutos estuve esperando en una estación de bus vacía, y cuando llegó me confesó que le faltaba ducharse y no había dormido nada. Me invitó a su casa (que describió como "mi desastre"), me enseñó la cantidad de "cachimbas" y latas de cerveza que mantenía de su "ex", jugamos al Jenga (quitar palos de una torre sin que se caiga), me enseñó la catedral salmantina y comimos en una pizzería.

Gran parte de la mañana la pasó usando el móvil, sobre lo que curiosamente me decía "sólo lo uso cuando es necesario, no lo suelo tocar en compañia". Entre sus ideas de relaciones afirmo "quiero ponerme un DIU, detesto a los niños", y finalmente, después de comer me preguntó "¿cuándo tienes el bus de vuelta?, tengo que irme a negociar el alquiler". Desde aquel día no volvió a responderme y, aun habiéndome prometido "en junio viajo a Valladolid y nos vemos", cuando le confesé que me gustaba (el corazón y sus ideas), habiendo aguantado su negativa a pasarme el móvil y hablar más fácil, decidió bloquearme sin excusa alguna.

Desde entonces sólo he conseguido quedar con una amiga, una persona que conocí en la facultad y que siempre ha sabido escucharme, con quien reflexiono cada vez que charlamos sea por el móvil o en persona, con quien aunque nuestra manera de vivir sea diferente mantengo una amistad profunda, dando igual la distancia y el tiempo que pase hasta volver. Porque cuando dos personas realmente conectan (aprecio mútuo) no hace falta atracción para mantener la unión. Una pareja sin amistad puede disolverse por cualquier problema, y dos personas que conectan por pura atracción llegará un momento en que el deseo desaparezca o uno/a se enamore sin ser recíproco.

He descrito ejemplos de "relación amorosa", pero también influye la interpretación en las amistades. La seriedad o formalidad al pactar eventos, la cordialidad para arreglar problemas surgidos de "malas interpretaciones" o las ganas por conocer a alguien se tengan o no aficiones comunes. Una verdadera amistad no surge por grandes charlas a través del móvil, sino creando encuentros en solitario en los que formar la unión mediante el interés, creando un vínculo que se reflejará (posteriormente) con el apoyo en momentos cruciales, con el detalle de ofrecer una compañía dando más importancia a esa persona sin tener en cuenta el lugar ni la actividad, frente a un evento con buen ambiente. Hay gente con quien, por diversos factores, una amistad tarda en surgir, gente con quien no se requiere más de una hora para formar la unión, así como gente que aporta confianza al principio pero muestra su verdadera y cruel forma de ser ante cualquier problema aún siendo fácil de solucionar.

Porque la forma de interpretar crea amistades y las rompe, forma relaciones y las rompe, forma "familias" y las desvincula. Porque la forma de interpretar es la base de nuestra vida.

sábado, 24 de septiembre de 2022

Todo depende del punto de vista

"Si tiene que pasar, pasará"

 Y varios años después volví.

 ¿Qué es escribir?, ¿inventarte una historia?, ¿contar tu vida? Rara vez, cuando comenzamos a desarrollar un texto, sabemos de primeras cómo expresarnos, cómo plasmar la idea que tenemos en mente. Creamos una línea llena de palabras, la releemos y, si no refleja lo que buscamos, simplemente la borramos. Así que comencemos reflexionando...

 Se suele decir que para conseguir un logro lo primero es saber cómo actuar, lo segundo esforzarse y, finalmente, repetir tantas veces como el tiempo nos permita. ¿El problema?, cuando no dependes de tí mismo para ello. Buscas, te esfuerzas, te entregas, te ilusionas, surgen detalles que, dependiendo del punto de vista, te hacen pensar que te equivocas en el camino, pero acabas considerando que "hasta el mejor camino tiene baches inesperados" (¿seguro?). No aparecen a menudo y son momentos esporádicos por lo que sigues creyendo en tu ilusión. La propia mente intenta aclarar las dudas, pero a su vez el corazón (no habla, así que es la "región sentimental" de la propia mente) escoge, entre tantísimas posibilidades, la que mejor le hace sentir o menos dolor te produce.

 Comienzas a pensar en esa teoría, cada situación que vives te da más potencia y empiezas a creer de verdad en que, si es como piensas, ibas por el buen camino hasta que, llegado el momento, ya sea por decisión del tiempo, de los "espíritus" o como se quiera definir al causante, escuchas al "pajarito" más vinculado a la situación, y entonces cambias totalmente la idea. El camino no era el correcto, los baches podrían ser ligeras molestias que avisaban para detenerte, pero las ganas por conseguirlo y la sensación que tenías eran bastante más resistentes. Porque la apariencia no siempre coincide con el interior.

 Hay tantas apariencias... Cariño, seriedad, timidez, extroversión, introversión, vacile... cada persona es un mundo, con una forma de ser o actuar que le define, y con diversos gustos. Nada es predecible. Dependiendo del punto de vista, de lo que quieres, de lo que buscas, de la experiencia ya vivida y del presente puedes intentar resolver lo ya ocurrido o, tras lesionarte por el tropiezo, aprender.

 Y entonces tu entorno, amistades o familiares te intentan enseñar o animar con diversas frases como "ya te llegará", "vas demasiado rápido", "no te fijaste en los detalles" o "para encontrar no busques"... y respondes "¡así soy y así es la vida!, ¡me entenderías si vivieras lo que yo!", porque la empatía no es una cualidad sencilla si no se tiene, y en ocasiones la intención es contraria a la frase que la intenta incluir. No se puede enseñar la forma de amar.


  A veces te llega la ilusión simplemente por encontrar en alguien cualidades que te encantan, que te activan y que deseabas que tuviera quien te acompañara en la vida; pero por otro lado hay personas cuyo atributo es la seriedad, que no tienen la generosidad ni empatía como manera de actuar, que aunque tengan interés en tí no lo demuestran en absoluto y consideras "una amistad más" en tu vida sin detalles que la destacaran frente al resto. Y pasado un tiempo comienzan a ocurrir situaciones o salir palabras/frases que te sorprenden; intentas desviar suavemente para no ofender ni dejar que continúe, pero se intensifican, hasta que llega el momento en que se abre de forma clara, y te sinceras sabiendo que, desde ese momento, tendrás que evitar veros.

 Nada es permanente, nada es predecible, nada es seguro. Lo que aciertas una vez no siempre se repite. Pero ciertamente hasta que no sea oficial todo es posible. ¿Que se te quitan las ganas de seguir por pensar "visto lo visto, si sigo acabaré peor"?, entonces piensa "si tiene que pasar, pasará; si el camino era realmente bueno, se te mostrará. No luches por algo que, aunque parezca bastante seguro, no te haya hecho vivir situaciones claras".

Hace casi diez años, una chica que apenas conocía me leyó una de mis experiencias vitales en Twitter. De repente, me escribió un mensaje privado en el que me contó una situación similar que había tenido: "Hace unos meses estaba enamorada de un amigo, y él también de mí, pero ninguno de los dos se atrevió a decirlo. Llegó el momento de seguir nuestros caminos y no nos volvimos a ver." No buscaba respuesta (de hechó incluyó una diculpa al final del mensaje), sino aliviar su interior, porque a menudo creemos que, a pesar de las millones de personas que existen en la Tierra, "sólo nos pasa a nosotros".

 Porque escribir te desahoga, libera la mente y te muestras al mundo. Es el único medio que siempre estará a tu lado y nunca se ofenderá al verte. Las amistades tienen una vida que es a menudo preferente a escucharte, los psicólogos un tiempo determinado y la pareja (si se tiene) no puede dedicarte siempre el tiempo que necesitas.

lunes, 31 de diciembre de 2018

"Feliz 2019, feliz vida"

 Y aquí volvemos a estar, en la última noche de cada año (esta vez 2018), en la que puede pasar de todo. Desde ser feliz toda la noche para recordar sonrientes que, pase lo que sea, acabaremos un año y empezamos el siguiente con alegría; hasta  algunos que trabajan durante toda la noche sin poder rodearse de un buen ambiente navideño.
 En estos momentos, y durante toda la vida, es importante lo que decimos, pero aún más lo que hacemos. Nos define nuestra forma de hablar, nuestras palabras que difieren en un mismo tema según quien hable de ello, y los actos cuya aparición o importancia depende de la voluntad y validez moral de quien lo menciona o promete.
 La expresión "te quiero", por experiencia también difiere según quien lo diga. Es importante para algunos, notable para otros y simple para quienes no le aportan un valor. ¿Qué opinas de un "te quiero"?, importante entre las familias y parejas, pero... ¿y entre las amistades? Desde mi punto de vista "querer" está vinculado a "desear". Desde los padres, querer a sus hijos se refiere a desearles pero no sexualmente, sino amarles por ser alguien a quien quisieron crear; desde la pareja, "querer" suma cariño y deseo, y desde las amistades... según cada uno.
 Durante mi vida he recibido esas dos palabras por parte de mis padres, de mi pareja en aquellos buenos momentos que hubo, e irónicamente de una amiga, una joven compañera que en su día afirmó ser muy cariñosa, lo que me hizo pensar que sus "te quiero" (te amo), eran para ella "eres un gran amigo".
 ¿Por qué reflexionar sobre esas dos palabras?, porque pueden ser gloriosas para quien las recibe, o unas llamaradas virtuales que queman el corazón de a quienes les confunden. ¿Qué tiene que ver un "te quiero" con los actos?, que para mí querer a alguien no es solo una expresión, sino un pilar de que esa persona es gran parte de tus emociones, de tus aspectos y de tus acciones. Porque no es pura política, sino pura psicología, y no existe el castigo real, pero sí el mental difícil de arreglar.

 Y aquí acaba 2018, con esperanza en la vida y optimismo en las emociones.

martes, 1 de mayo de 2018

"Cinco años después..."

Ya en mayo, ya en fiesta, ya cerca de la última tranquilidad (puente de mayo), de la transformación en adulto, en profesional y de recibir una nueva visión de la vida, de cada día.
Cuando comencé la carrera de Enfermería, que por suerte no era correr, sino estudiar y practicar la atención al paciente, me sentí tan cómodo, animado y emocionado como nunca antes. Entré en la universidad, me unía a agradables compañeros con bastante valor, y a una profesión que me enseñaba cómo imitar a quienes me cuidaron cada vez que me ingresé en un hospital de Madrid.
"Todo chicas, a saber cómo serías, o tímido o salido", ninguna de las dos tristes cualidades. Me animé, comencé a destruir mi timidez social, porque no se había entrado gracias a los padres, sino mediante el aprecio a Enfermería y la capacidad intelectual necesaria para entender cada proceso.
Siempre hay situaciones desagradables y también apreciables, pero... ¿cuál destacaría?, esta etapa los bonitos detalles como la socialidad (después de abandonar un lugar con base dolorosa, pero que me enseñó), la herencia del gusto por la sanidad por parte de mi padre y madre, y similar al de mi hermana, la recepción de valores para ser profesionales y personas, y sucesos que me hicieron ver la luz tanto por varias chicas (concretamente la primera relación con una amiga cuyo corazón fue -metafóricamente-, el más grande que he conocido), como mi caída en plenas prácticas que, para revisar mi recuperación, me preguntaron varios familiares y profesores si deseaba seguir la carrera o descansar, así como cambiar de camino, pero comprendí que lo que sufrí es también más conocimiento del sufrimiento del paciente, y un privilegio para poder cuidarles más.
Sufrí la vuelta a las clases hace casi dos años, teniendo que estudiar, dos meses después, sobre el mismo peligro que pasé (costó, no era fácil entenderlo y cambiar el miedo por el interés al recordarlo), tuve que aguantar molestias craneales (y sigo, sobretodo de noche), y empezar a demostrar conocimientos, con un muñeco sí, pero realizando pruebas virtuales que recibí mientras estuve ingresado en Valladolid. ¿Igualmente disfruté?, sí, porque varias compañeras, concretamente a las que sigo vitalmente unido, me distrajeron de los malos recuerdos en la propia facultad, y comencé a sonreír.

En invierno, como ya mencioné en otros artículos, sufrí un desánimo debido a la oscuridad, perdiendo parcialmente mi pasión por la Navidad hasta que volvió la primavera. Un buen verano que también me mejoró, en parte por mis cuatro amigos como compañeros del viaje hacia el norte.

También destacar un compromiso de dos familiares, que aportaron más alegría a mi familia, el inicio de mi nuevo blog sobre el Real Valladolid uniendo mi escritura con mi pasión por la creación y edición de vídeos y, después de acabar las fiestas en septiembre, volví a enfermería, a practicar, a ser yo de nuevo el enfermero en vez del paciente.
Comencé con Hemodiálisis, con estrés, miedo y fobia al lugar, pero se me ayudó y, junto a mi esfuerzo conseguí la evaluación que se me hizo de notable. Posteriormente seguí rotando por varias plantas, a destacar Psiquiatría (me encantó por mi mentalidad), Atención Primaria (muy tranquila, y ahí aprendí a sacar sangre), Urgencias (mi forma de ser unida a la función de dicha área, realizando los procedimientos de forma notable y adorando tanto los "Triages" como la "Sala de vigilancia") y, para acabar, en Maternal, donde empecé hace unos días y mi cariño como persona lo transmito a cada bebé en sus cuidados.
Mis valores, experiencia en la vida, forma de ser y, según varias pacientes, mi físico, me han formado (y seguiré practicando más) con buen nivel para representar Enfermería. Poco a poco, empezando como "novato", pero profesional, los pacientes que reciba tendrán la suerte de que, pase lo que les pase, no se sentirán sólos ni con ganas  de desistir.

viernes, 8 de diciembre de 2017

¿La mente?, lo más poderoso del cuerpo

Es muy típico e importante decir "para gustos, colores", ya que hay tanta variedad de colores (incluyendo la gran cantidad de diferentes tipos en cada uno), que dan que pensar sobre la vida, sobre cómo somos cada uno.

Ya se sabe que no existe el bien sin el mal, ni el mal sin el bien, porque podemos recordar cada año de la manera que nos de la gana según nuestro ánimo. ¿En mi caso?, un año... evolutivo, con variaciones en mi forma de ser, descubiertas por depender del tiempo que haga en cada fecha. ¡Pero no siempre! ¿A qué me refiero? a que esas variaciones del ánimo, asociadas al tiempo de la ciudad en que se viva, esa dependencia, se crea por la habilidad (fuerza) mental, por la psicología.

Como ya digo, antes variaba la mía, produciéndose mi pesimismo en el periodo navideño del año pasado, como primera vez que me ocurrió, y volviendo el optimismo nada más llegar el dominio del sol, por primavera. ¡Pero eh!, ya mencioné varias veces sin escribir mi mejoría mental, porque... vuelve la oscuridad invernal, pero vuelvo a apreciar la navidad.

Y sin más dilación, para dar honor a cada párrafo escrito, aquí tenéis varios gustos que tengo... en un único vídeo, anunciando el evento que espero desde que se anunció su creación. Y, para quien no sepa cuando ocurrirá lo que represento, será el 15 de diciembre.

sábado, 23 de septiembre de 2017

Un año más de vida



Pasó mi primer año, mi primer año de vida...
Cada año solemos celebrar el cumpleaños de un amigo o familiar, con mucha alegría claro, puesto que, aunque suene mal decirlo, celebramos que sigue viv@, que crece y que vive, que siente la vida, y por eso hace unos meses cumplí mi primer año, porque por momentos, en junio de 2016, no vivía.
La diferencia tantos meses después (son muchos, pero es imposible olvidarlo), además de la recuperación de mi cabecita, que de vez en cuando me hace recordar el lado afectado, es que veo la vida de otra manera. Sigo con mi rapidez, estrés de vez en cuando y mis gustos, pero me he vuelto casi autónomo, preocuparme por mí mismo, por no desperdiciar ni un día mis gustos o aficiones.

Últimamente recibo quejas respetuosas sobre mi cambio, por preguntarme sólo a mí en el momento de decidir si actúo o no, porque tengo fijada la idea "no desperdicio tiempo esperando, porque lo que hago, lo que constituye mi vida, no pienso saltarlo para que mi vida se llene cada segundo", porque ahora confirmo que sólo perderé tiempo cuando abandone el mundo.

¿Lo bueno de este año?, el tiempo que pasé relajado me unió más aún al deporte y al cine, no sólo los veía, sino que como sabéis me uno a ambos. No tendré forma para hacer deporte, pero si para describirlo o contarlo, y no sólo guardo recuerdos de ir al cine, sino que yo mismo, por pasión e imaginación, lo formo sin hacer un curso.

Ahora mi vida, es una maravilla. ¿Y sobre compañía?, soy difícil de interpretar para enamorar, pero cuando sucede mi mayor deseo es ser un amigo, un deseo y un amor. Un día volveré a encontrar a alguien, a llamar la atención por los momentos en que se conozca a mi corazón, a mis ojos y se vea mi vida.

viernes, 18 de marzo de 2016

"Hagamos vida, hagamos el amor"

 Todo el que me conoce lo suficiente, sabe que soy una persona muy peculiar, sin que ello signifique poseer una mente endiablada.
 Soy de los que piensan que la persona más romántica del mundo es también la más apasionada en el sexo, y de eso vengo a hablaros.
Todos hemos deseado alguna vez pasar una noche desenfrenada haciendo derretirse todo el  Polo norte. Unas horas de ensueño, que te dejan huella y aunque pasen las semanas sigues sintiendo el tacto de la piel de esa persona rozando con la tuya. Sentir la boca seca, temblor en las piernas y, en nuestro caso (de los chicos) bastante incomodidad en la entrepierna.
 Esa noche de pasión, que algunos y algunas afortunadas habrán vivido te hace eso mismo, vivir. Considero que es algo que todos debemos experimentar, porque al ser humano pocas cosas le excitan más que el morbo de lo atrevido o prohibido. Esa chica absolutamente desconocida hace un par de horas a la que ferozmente ansías desnudar y que de conseguirlo, algunos (y sólo auténticos forofos) comparan con la sensación de remontar en la última jugada un partido que te proclama campeón.

 En estas situaciones sólo importa el físico. Puro deseo carnal, miradas lascivas, coqueteo, mordidita de labios y finalmente se desata la lujuria.
 Por otro lado para quien no lo consigue, el calentón sin final feliz no sólo deja tocado, sino que es una putada.
Al contrario, aunque no exactamente ya que también implica sexo, está lo que se llama “hacer el amor”. Que resumiendo es placer sexual con alguien a quien amas. Más emocional y sano, y también más bonito. 
  El sexo sin amor para mí es tan sucio como tentador, pero no hay amor que se precie sin sexo, pues es el mayor vínculo de la pareja, donde se demuestra de verdad el amor que sientes hacia alguien. Naturalmente siempre hay quien se considera fiel defensor/a del sexo con amor jurando negarse a ello si no hay sentimientos en medio, pero seamos justos, nadie es dueño de sí mismo cuando te llevan al limbo. No me malinterpretéis, claro que hay lobas y lobos inofensivos que  tienen auténtico poder mental, pero poder controlarlo no significa ser incapaz de volverse un toro.

 Por si hasta ahora no ha quedado claro, no he hablado del sexo por hablar, he mostrado mi faceta en este tema. Me considero un chico bastante detallista y cariñoso, pero tener una importante doble cara no resta valor a la más socialmente aceptado, a la persona.
Aquí te espero para hacerte el amor, para quererte, observando tu llegada a través de mis ojos, el reflejo de mi alma.