sábado, 24 de septiembre de 2022

Todo depende del punto de vista

"Si tiene que pasar, pasará"

 Y varios años después volví.

 ¿Qué es escribir?, ¿inventarte una historia?, ¿contar tu vida? Rara vez, cuando comenzamos a desarrollar un texto, sabemos de primeras cómo expresarnos, cómo plasmar la idea que tenemos en mente. Creamos una línea llena de palabras, la releemos y, si no refleja lo que buscamos, simplemente la borramos. Así que comencemos reflexionando...

 Se suele decir que para conseguir un logro lo primero es saber cómo actuar, lo segundo esforzarse y, finalmente, repetir tantas veces como el tiempo nos permita. ¿El problema?, cuando no dependes de tí mismo para ello. Buscas, te esfuerzas, te entregas, te ilusionas, surgen detalles que, dependiendo del punto de vista, te hacen pensar que te equivocas en el camino, pero acabas considerando que "hasta el mejor camino tiene baches inesperados" (¿seguro?). No aparecen a menudo y son momentos esporádicos por lo que sigues creyendo en tu ilusión. La propia mente intenta aclarar las dudas, pero a su vez el corazón (no habla, así que es la "región sentimental" de la propia mente) escoge, entre tantísimas posibilidades, la que mejor le hace sentir o menos dolor te produce.

 Comienzas a pensar en esa teoría, cada situación que vives te da más potencia y empiezas a creer de verdad en que, si es como piensas, ibas por el buen camino hasta que, llegado el momento, ya sea por decisión del tiempo, de los "espíritus" o como se quiera definir al causante, escuchas al "pajarito" más vinculado a la situación, y entonces cambias totalmente la idea. El camino no era el correcto, los baches podrían ser ligeras molestias que avisaban para detenerte, pero las ganas por conseguirlo y la sensación que tenías eran bastante más resistentes. Porque la apariencia no siempre coincide con el interior.

 Hay tantas apariencias... Cariño, seriedad, timidez, extroversión, introversión, vacile... cada persona es un mundo, con una forma de ser o actuar que le define, y con diversos gustos. Nada es predecible. Dependiendo del punto de vista, de lo que quieres, de lo que buscas, de la experiencia ya vivida y del presente puedes intentar resolver lo ya ocurrido o, tras lesionarte por el tropiezo, aprender.

 Y entonces tu entorno, amistades o familiares te intentan enseñar o animar con diversas frases como "ya te llegará", "vas demasiado rápido", "no te fijaste en los detalles" o "para encontrar no busques"... y respondes "¡así soy y así es la vida!, ¡me entenderías si vivieras lo que yo!", porque la empatía no es una cualidad sencilla si no se tiene, y en ocasiones la intención es contraria a la frase que la intenta incluir. No se puede enseñar la forma de amar.


  A veces te llega la ilusión simplemente por encontrar en alguien cualidades que te encantan, que te activan y que deseabas que tuviera quien te acompañara en la vida; pero por otro lado hay personas cuyo atributo es la seriedad, que no tienen la generosidad ni empatía como manera de actuar, que aunque tengan interés en tí no lo demuestran en absoluto y consideras "una amistad más" en tu vida sin detalles que la destacaran frente al resto. Y pasado un tiempo comienzan a ocurrir situaciones o salir palabras/frases que te sorprenden; intentas desviar suavemente para no ofender ni dejar que continúe, pero se intensifican, hasta que llega el momento en que se abre de forma clara, y te sinceras sabiendo que, desde ese momento, tendrás que evitar veros.

 Nada es permanente, nada es predecible, nada es seguro. Lo que aciertas una vez no siempre se repite. Pero ciertamente hasta que no sea oficial todo es posible. ¿Que se te quitan las ganas de seguir por pensar "visto lo visto, si sigo acabaré peor"?, entonces piensa "si tiene que pasar, pasará; si el camino era realmente bueno, se te mostrará. No luches por algo que, aunque parezca bastante seguro, no te haya hecho vivir situaciones claras".

Hace casi diez años, una chica que apenas conocía me leyó una de mis experiencias vitales en Twitter. De repente, me escribió un mensaje privado en el que me contó una situación similar que había tenido: "Hace unos meses estaba enamorada de un amigo, y él también de mí, pero ninguno de los dos se atrevió a decirlo. Llegó el momento de seguir nuestros caminos y no nos volvimos a ver." No buscaba respuesta (de hechó incluyó una diculpa al final del mensaje), sino aliviar su interior, porque a menudo creemos que, a pesar de las millones de personas que existen en la Tierra, "sólo nos pasa a nosotros".

 Porque escribir te desahoga, libera la mente y te muestras al mundo. Es el único medio que siempre estará a tu lado y nunca se ofenderá al verte. Las amistades tienen una vida que es a menudo preferente a escucharte, los psicólogos un tiempo determinado y la pareja (si se tiene) no puede dedicarte siempre el tiempo que necesitas.