lunes, 31 de diciembre de 2018

"Feliz 2019, feliz vida"

 Y aquí volvemos a estar, en la última noche de cada año (esta vez 2018), en la que puede pasar de todo. Desde ser feliz toda la noche para recordar sonrientes que, pase lo que sea, acabaremos un año y empezamos el siguiente con alegría; hasta  algunos que trabajan durante toda la noche sin poder rodearse de un buen ambiente navideño.
 En estos momentos, y durante toda la vida, es importante lo que decimos, pero aún más lo que hacemos. Nos define nuestra forma de hablar, nuestras palabras que difieren en un mismo tema según quien hable de ello, y los actos cuya aparición o importancia depende de la voluntad y validez moral de quien lo menciona o promete.
 La expresión "te quiero", por experiencia también difiere según quien lo diga. Es importante para algunos, notable para otros y simple para quienes no le aportan un valor. ¿Qué opinas de un "te quiero"?, importante entre las familias y parejas, pero... ¿y entre las amistades? Desde mi punto de vista "querer" está vinculado a "desear". Desde los padres, querer a sus hijos se refiere a desearles pero no sexualmente, sino amarles por ser alguien a quien quisieron crear; desde la pareja, "querer" suma cariño y deseo, y desde las amistades... según cada uno.
 Durante mi vida he recibido esas dos palabras por parte de mis padres, de mi pareja en aquellos buenos momentos que hubo, e irónicamente de una amiga, una joven compañera que en su día afirmó ser muy cariñosa, lo que me hizo pensar que sus "te quiero" (te amo), eran para ella "eres un gran amigo".
 ¿Por qué reflexionar sobre esas dos palabras?, porque pueden ser gloriosas para quien las recibe, o unas llamaradas virtuales que queman el corazón de a quienes les confunden. ¿Qué tiene que ver un "te quiero" con los actos?, que para mí querer a alguien no es solo una expresión, sino un pilar de que esa persona es gran parte de tus emociones, de tus aspectos y de tus acciones. Porque no es pura política, sino pura psicología, y no existe el castigo real, pero sí el mental difícil de arreglar.

 Y aquí acaba 2018, con esperanza en la vida y optimismo en las emociones.