Pasó mi primer año, mi primer año de vida...
Cada año solemos celebrar el cumpleaños de un amigo o familiar,
con mucha alegría claro, puesto que, aunque suene mal decirlo, celebramos que
sigue viv@, que crece y que vive, que siente la vida, y por eso hace unos meses
cumplí mi primer año, porque por momentos, en junio de 2016, no vivía.
La diferencia tantos meses después (son muchos, pero es
imposible olvidarlo), además de la recuperación de mi cabecita, que de vez en
cuando me hace recordar el lado afectado, es que veo la vida de otra manera.
Sigo con mi rapidez, estrés de vez en cuando y mis gustos, pero me he vuelto
casi autónomo, preocuparme por mí mismo, por no desperdiciar ni un día mis
gustos o aficiones.
Últimamente recibo quejas respetuosas sobre mi cambio, por
preguntarme sólo a mí en el momento de decidir si actúo o no, porque tengo
fijada la idea "no desperdicio tiempo esperando, porque lo que hago, lo
que constituye mi vida, no pienso saltarlo para que mi vida se llene cada
segundo", porque ahora confirmo que sólo perderé tiempo cuando abandone el
mundo.
¿Lo bueno de este año?, el tiempo que pasé relajado me unió más
aún al deporte y al cine, no sólo los veía, sino que como sabéis me uno a
ambos. No tendré forma para hacer deporte, pero si para describirlo o contarlo,
y no sólo guardo recuerdos de ir al cine, sino que yo mismo, por pasión e
imaginación, lo formo sin hacer un curso.
Ahora mi vida, es una maravilla. ¿Y sobre compañía?, soy difícil
de interpretar para enamorar, pero cuando sucede mi mayor deseo es ser un
amigo, un deseo y un amor. Un día volveré a encontrar a alguien, a llamar la
atención por los momentos en que se conozca a mi corazón, a mis ojos y se vea
mi vida.